
La aventura comenzó cuando salimos de Guadalajara rumbo a Michoacán a las 8:00 am El camino fue increíble, la lluvia nutrió el verde del paisaje y el frío de la mañana le dio un contraste de tonos azules y verdes. El tiempo no perdona y era necesario hacer una pausa para calentar el cuerpo, un poco de café y mover las piernas era suficiente para continuar…
El viaje a Morelia tomó 4 horas, nos tomamos nuestro tiempo para parar a tomar algunas fotos… 50 km antes de Morelia nos dimos cuenta que el cielo con nubes negras nos esperaba, aceleramos los motores para que el tramo Menos se pusiera lluvioso pero cuando llegamos allí, la tormenta era tan fuerte que el video se perdió por completo. El aprendizaje siempre está presente y lo primero que hicimos al día siguiente fue ponernos chubasqueros por si el tiempo nos volvía a sorprender.
Descansamos en casa de una familia amiga que nos brindó un lugar para secarnos y continuar al día siguiente. No solo nos dieron un lugar para quedarnos, sino que también nos recibieron con risas, bocadillos y algunos vinos tintos que templaron el frío que dejó la lluvia.
Al día siguiente nos levantamos temprano y nos dirigimos a San Miguel de la Montaña. Para llegar tuvimos que pasar por otros 2 pueblos, Jesús de Monte, un pequeño pueblo pintoresco con gente en las calles dispuesta a ir a la plaza central los fines de semana. Otro pueblo fue San José de las Torres, este está más bajo en los cerros y sus casas de adobe y ladrillo le dan un aspecto fresco y el verde de las montañas le da un toque muy acogedor. Finalmente llegamos al final de la carretera donde tuvimos que tomar la dirección a pie hasta el mirador. Al principio pensábamos que llegaríamos en 30 o 40 minutos, no fue así, tardamos 2 horas en subir y bajar, la vista sin duda recompensa el esfuerzo.
El día 3 visitamos una de las ciudades mágicas más reconocidas internacionalmente en nuestro hermoso México, Pátzcuaro… una hermosa ciudad blanca y roja, las paredes de adobe están cubiertas de blanco y los techos rojos resaltan cada rincón. El mercado artesanal es un ejemplo del talento en manos de personas que definitivamente también son mágicas. Los colores de las artesanías son infinitos, entre rebozos, guitarras, rodamientos, máscaras, canastas y otros artículos nos asombra su variedad y belleza.
Luego de un recorrido por el hermoso centro de Pátzcuaro, que tiene una fuente dedicada a Don Vasco de Quiroga, nos dirigimos al muelle para navegar hacia Janitzio, una hermosa isla en el lago de Pátzcuaro llena de tradición y cultura.
Fue un viaje muy agradable, ¡definitivamente recomendamos este paseo!